Los agricultores y las demás personas que trabajan en la agricultura tienen una conexión especial con las comunidades rurales en las que viven. No solo suelen ser una importante fuente de mano de obra local, sino que también forman parte del tejido cultural y de los importantes pilares económicos para sus regiones y para la gente que en ellos habita. Un granjero con enfoque e influencia puede tener un impacto considerable en toda una comunidad sobre la sostenibilidad agrícola.
Más del 35 % de la mano de obra del mundo se emplea en el sector agrario, lo que lo convierte en el segundo sector más grande del mundo. Al ser uno de los proveedores clave de puestos de trabajo en comunidades remotas, las granjas son una fuente importante de comercio más amplio y, lo que es más importante, de desarrollo comercial para sus vecinos. No se trata únicamente del bienestar económico, sino de alimentar la esperanza.
Los consumidores confían en los granjeros cuando se involucran a nivel personal y se dan cuenta de que el conocimiento que imparten es muy fiable. Es decir, como granjeros individuales podemos desempeñar un papel muy importante a la hora de fomentar la transparencia en nuestra comunidad sobre las prácticas agropecuarias y el bienestar animal.
Este es precisamente el caso de los perfiles de los granjeros que se describen a continuación; todos ellos han marcado un antes y un después en cómo percibe el público que les rodea la ganadería y la agricultura, algo que resulta fundamental mientras nos esforzamos por fomentar el entendimiento mutuo con los consumidores y afianzamos la relaciones entre estos y los granjeros.
