La granja Seefeld está en la Baja Austria, en la provincia de Hollabrunn, y cuenta con 2300 hectáreas de terreno arable, 42 hectáreas de viñedos y 450 de bosque. La finca pertenece a la familia Hardegg desde 1495 y hoy en día está gestionada por Maximillian Hardegg.

Esta granja muestra a la perfección cómo la labranza moderna puede generar beneficios ambientales para la fauna y la biodiversidad mientras se producen patatas de alta calidad. Gracias a una buena gestión del agua, un análisis regular del suelo y una relación sólida con el procesador local, la granja produce más de un 50 % más de patatas por hectárea que la media nacional.

Áreas clave de práctica sostenible

Certificación y garantía

En la granja se realizan inspecciones de conformidad con los requisitos del plan de garantía Frisch & Frost para granjas y el estándar de reconocimiento internacional GLOBALG.A.P.

Estas iniciativas garantizan la confianza del consumidor en la calidad y seguridad de los alimentos y cubren otros aspectos importantes, como los impactos medioambientales y las buenas prácticas agrícolas.

Comunidades

La granja tiene una red de caminos de piedra que se usan como ruta de transporte por toda la finca. También están abiertos a la comunidad local para montar en bici y acceder fácilmente al campo.

Tierra

Cada cuatro años, la granja realiza pruebas de fosfato, potasio, restos de elementos y pH.

También se analiza el nitrógeno del suelo movilizado en primavera; el estiércol líquido de cerdo de la granja —producido por los 1000 cerdos que guarda la finca— se aplica a la tierra para que el cultivo en crecimiento disponga de la suficiente cantidad de nitrógeno y reducir así la necesidad de comprar fertilizantes artificiales. Un estricto programa de análisis de los nutrientes del suelo permite aplicar el estiércol con precisión donde sea necesario. El bajo nivel de aplicación y la fácil incorporación reduce la pérdida de amoniaco (nitrógeno).

La granja planta un cultivo de cubierta vegetal durante el otoño en los campos que se van a sembrar en primavera. Los cultivos de cubierta pueden mitigar la pérdida de nitrógeno del suelo y reducir el riesgo de erosión.

Agua

La granja cuenta con el suficiente riego por aspersión como para regar unas 800 hectáreas. Se ha mejorado la programación del riego con la introducción de un sistema Dacom, que mide los niveles de humedad del suelo en tres profundidades. Así se puede controlar con precisión y aplicar a tiempo la correcta cantidad de agua para el cultivo, lo que resulta en un uso óptimo del agua y calificaciones y rendimientos excepcionales.

El exclusivo sistema de almacenamiento de agua para el riego está incorporado en las acequias y humedales de la granja. Estas áreas son hábitats imprescindibles para la fauna local y ayudan a aumentar los niveles de biodiversidad. Los humedales también actúan como esponjas gigantes que absorben el exceso de agua y ayudan a mitigar los casos de inundación. Gracias al agua almacenada, las patatas se pueden regar según lo dicte la humedad del suelo y las necesidades del cultivo, garantizando así unas condiciones óptimas de crecimiento para las patatas de calidad superior que se necesitan para el procesado.

Biodiversidad y ecosistemas

Como la temporada de barbecho de la granja es larga, las aves salvajes disfrutan de un hábitat natural donde alimentarse y anidar. Aunque se haya suprimido el barbecho obligatorio, la granja valora el beneficio que aportan estas áreas. Además, la granja está rodeada de una gran red de setos e hileras de flora salvaje que funcionan como pasillos para conectar a la fauna autóctona.

Calidad de la producción

La granja tiene un contrato de suministro con un procesador de patatas local donde se fijan las calificaciones mínimas que la patata tiene que cumplir; si la calidad supera lo establecido en el contrato, se conceden incentivos y primas. El contrato permite que la granja calcule la rentabilidad de la empresa de la patata y permite que se apliquen los insumos y las decisiones de gestión como corresponde.

El sistema de gestión mejorada y la aplicación de buenas prácticas agrícolas ha conseguido que la producción de patata suba a 50 toneladas/hectárea siendo un 50 % por encima de la media nacional en Austria de 33 toneladas/hectárea.

Todo sobre la historia de Maximillian Hardegg

Descubre el estudio de caso para conocer más detalles sobre cómo la granja ha cumplido con los criterios y los estándares de buenas prácticas del programa, los resultados de la investigación externa sobre los labores del productor y los beneficios que le aporta una sostenibilidad mejorada.

Leer estudio de caso completo (PDF, 1,9MB)
Maximillian Hardegg

«La zona norte de la Baja Austria es una de las áreas de cultivo más secas del país. Hace unos 20 años, después de una fuerte temporada de sequías, empezamos a crear sistemas de riego e instalaciones para almacenar agua, como acequias y estanques. Nos llevó mucho tiempo y esfuerzo completar este proyecto. A día de hoy tenemos una red completa de 25 kilómetros cuadrados de cortavientos, acequias, hábitats y vida silvestre en forma de bancos de escarabajos. Tenemos un pequeño río, el Pulkau, que atraviesa 11 km de la finca. Lo reestructuramos, elevamos el nivel del cauce y lo conectamos con pequeñas acequias y superficies arboladas. Hoy podemos contemplar los beneficios de este trabajo con un microclima favorable, una mejora en la prevención de inundaciones y una gestión equilibrada del agua.»

Maximillian Hardegg Granja Seefeld

«La palabra «sostenibilidad» no estaba muy extendida en los años 80 para describir muchas de las prácticas agrícolas; esto es precisamente lo hace que la inversión en infraestructura medioambiental en la granja Seefeld sea aún más excepcional. El enfoque que se tomó fue doble: los beneficios para la fauna y la biodiversidad local estaban claros (como debería ser con cualquier proyecto de este tipo), pero una de las características excepcionales del proyecto fueron las ventajas que aportó al sistema de labranza. La capacidad de almacenamiento de agua natural de los humedales y las acequias es un gran beneficio para la biodiversidad y la fauna. Además, el agua almacenada también sirve para regar los cultivos, lo que ayuda a conservar el rendimiento y la calidad incluso en los veranos más secos. La granja Seefeld es un testimonio de cómo las técnicas de labranza modernas se pueden combinar con —y mejorar— el medioambiente.»

Karl Williams Jefe de operaciones, FAI Farms