La finca El Campete es una granja familiar en el oeste de España dirigida por Alfonso Cobaleda.

«Nuestro objetivo es aprovechar al máximo la tierra de manera sostenible, sin explotarla, ya que esta es la única manera de que el negocio ganadero siga progresando en los años venideros.»

Alfonso Cobaleda Propietario de la granja, Finca El Campete

Áreas clave de práctica sostenible

Gestión

El forraje ensilado está hecho en la granja y es con lo que se alimenta a las vacas durante el invierno. La producción de forraje ensilado es poco común en la región, pero es muy importante, ya que disminuye los efectos del pastoreo excesivo de los pastizales. El forraje ensilado se mezcla con una pequeña cantidad de heno y se distribuye como pasto por los campos con un tractor y un remolque distribuidor. Esto ha reducido considerablemente el tiempo que el personal pasa alimentando al ganado durante el invierno.

Se usan 200 hectáreas de terreno, que están divididas equitativamente entre campos de cereales y praderas, para cultivar el forraje con el que se alimenta al ganado. Gracias a esto, junto con un extensivo sistema de pastoreo que hace uso de la tierra que no se puede usar para la producción de cultivos, la granja gasta menos en piensos, evita los precios cada vez más elevados y volátiles y se hace más autosuficiente.

La granja también utiliza crotales electrónicos en las orejas del ganado para controlarlo y seguir los movimientos fuera de la granja, ya que la trazabilidad es un requisito básico en las regulaciones de alimentación y seguridad.

Salud y bienestar animal

Además, se practica un estricto programa de vacunación y salud, algo esencial para mantener y mejorar la salud general del rebaño. Se empieza con la vacunación y el tratamiento de parásitos para todo el ganado en febrero, cuando el riesgo es más alto. Las novillas de reposición se vacunan contra la rinotraqueitis infecciosa bovina y la diarrea viral bovina.

Las vacas nodrizas se cruzan con una fuerte raza autóctona de la zona conocida como Morucha (por línea materna) y un toro Limousin o Charolais. Así se crían vacas resistentes, tranquilas y fáciles de tratar que paren sin problemas y con buenas habilidades maternas. Este cruce también aguanta mejor las altas temperaturas que se alcanzan durante el verano.

La granja sigue un sistema de manipulación animal mínima que evita el estrés innecesario y minimiza los costes de la mano de obra.

Biodiversidad y ecosistemas

La granja ayuda a mantener un paisaje único con una explotación cuidadosa.

La granja también tiene varios centenares de árboles, principalmente alcornoques y encinas, y a menudo planta árboles de gran tamaño para ayudar con la regeneración natural. Los árboles más viejos de la granja se podan y se reducen para que sigan sanos y productivos.

Vacas y terneros pueden pastar entre los árboles durante todo el año.

La granja también tiene y conserva varias «zonas de alta conservación», que constituyen un importante hábitat para varias especies de aves y mamíferos. También hay una pequeña isla en un lago cercano que funciona como santuario para más de 6000 garzas que visitan la zona cada año.

La granja se sitúa en una zona de conservación y Alfonso gestiona su explotación de acuerdo al sistema de la dehesa. Esto consiste en dejar pastar a su rebaño de 900 vacas de cruce continental Morucha durante todo el año, así como practicar actividades agroforestales para producir y vender corcho y madera. Todo esto ayuda a conservar y enriquecer el hábitat natural y producir carne de vacuno de calidad con un sistema de bajos insumos.

Todo sobre la historia de Alfonso Cobaleda

Descubre el estudio de caso para conocer más detalles sobre cómo la granja ha cumplido con los criterios y los estándares de buenas prácticas del programa, los resultados de la investigación externa sobre los labores del productor y los beneficios que le aporta una sostenibilidad mejorada.

Leer estudio de caso completo (PDF, 6,6MB)

«Esta región de España es un entorno increíble y único para producir carne de vacuno. El sistema de la dehesa aporta una serie de beneficios y desafíos a la ganadería de esta región, y Alfonso mantiene con entusiasmo su enfoque para conservar y proteger este valioso hábitat. Su gestión del rebaño se centra en áreas como la salud, la genética y la alimentación, que pueden tener un efecto realmente significativo en la economía de la empresa. Alfonso también tiene ganas de adoptar nuevos métodos para mejorar la eficacia y la sostenibilidad del mercado de la carne de vacuno y ha desarrollado su propia marca de carne.»

Karl Williams Jefe de operaciones, FAI Farms